El piloto-deportista es más que el auto… o
a la inversa? Y el deporte?
Prácticamente desde
la cuna escuché decir a mi padre, amante del deporte motor, la siguiente frase:
“Fulano camina más que el auto”, en
obvia referencia a alguna de las glorias consagradas o en proceso de serlo en
aquellos días.
Las historias de
los Gálvez y Fangio se entretejían con otras figuras del TC mientras de la mano
de mi padre miraba pasar cupecitas a la vera de una ruta. Luego, allá por 1968
me deslumbraba con el primer auto de mi viejo, mientras “il matto” Pairetti
ganaba con el trueno naranja aquel histórico campeonato… las nuevas tecnologías
marcaban que los desarrollos tecnológicos habían llegado al país hacía rato, y
que un puñado de ingenieros inolvidables nos brindarían las herramientas
protagonistas de espectáculos y emociones que llegan hasta nuestros días.
Para una mente
juvenil como la mía, era fuente de sueños ver en esa época el Berta LR
compitiendo en la temporada internacional en nuestro autódromo, los desarrollos
del Ing. Pronello con el prototipo Ford, luego imbatible como “Trueno Naranja”…
en esos años esperaba ansioso la llegada al Kiosco de la revista “Parabrisas
Corsa”, y la radio Spika no se alejaba de mi oído en cuanto programa
automovilístico salía al aire…
Y siempre estaba en
boca de mi padre y luego en la mía la famosa frase: “Corre más que el auto”…
De la mano de la
adolescencia llegaron mis primeras metidas de mano en la carburación, tocaditas
de múltiple y pequeñeces que hacían que el auto “del viejo” caminara un poco
más que sus hermanos… y él, feliz… cumpliendo su propio sueño de “caminar más
que…” Hasta que el que manejaba era yo mismo, autos propios y de amigos “tuercas”
con los que compartíamos los mismos sueños.
Pero volvamos al
presente.
Creo que jamás como
en este año-temporada 2012 pensé tanto en el tema.
En fórmula uno,
Alonso volvió a demostrar que es lejos el mejor piloto de la actualidad,
encabezando un podio que probablemente tiene a Hamilton y Vettel en escaños inferiores…
lejos en mi opinión.
Sin embargo,
semejante supremacía y ausencia absoluta de errores de manejo por su parte no
fueron suficientes. El RBR en manos de Vettel, más los puntos que con el mismo
auto pudo “restarle” Webber a los del Cavallino, fueron suficientes para
demostrar que “andar más que el auto” no era suficiente para obtener la corona.
Es necesario el mejor auto para superar al mejor piloto. Al menos en este caso.
En nuestro TC, los
caprichos reglamentarios de Aventín demostraron que no solo es capaz de hacer
lo que se le cante y mantener su decisión, sino que la misma era darle el
campeonato a Ford… y si la corona la podía calzar “Junior”, mejor. Más allá del
hecho anecdótico, el resultado reafirma la estadística con un caso matizado ya
no por la libre competencia tecnológica, sino por una clara ventaja
antideportiva… porque no se me ocurre otra definición a otorgarle a una marca
30 Hp de más que al resto, en una categoría con motores relativamente “flacos”.
El fin de año debiera haber desdoblado la corona en dos: Ford y el resto.
Curiosamente, los mejores pilotos de la Argentina, no pudieron campeonar en TC.
Esto no implica menospreciar al piloto que obtuvo la corona. Solo apuntar que
fue el mejor Ford, mientras el resto corría en otra categoría.
Evidentemente la
suma piloto-auto hoy da un resultado que depende más de la tecnología mecánica
que de la destreza humana. Es muy difícil comparar pilotos salvo cuando manejan
un mismo auto, o cuando se miran sus errores y antecedentes históricos, evolución,
conductas deportivas, etc.
Lo único que me
queda muy claro, es que si los reglamentos por un lado, y las sanciones
deportivas por el otro, no se manejan con equidad, el resultado final de cada
carrera, y el logro final de una corona o copa, está en manos ya no del
piloto-deportista, sino de gente que puede tener ya no al deporte en mente sino
otro tipo de consideraciones. Es entonces cuando me pregunto si el
automovilismo como deporte no estará muriendo. Al menos en nuestro país,
pareciera que sí. Esto no implica de manera alguna que cualquier actividad no
deba ser rentable… solo que si lo llamamos deporte, las condiciones deben ser
las mismas para todos. Tal vez por eso, algunos ya no consideran al
automovilismo como tal. Una lástima. Al menos no es eso en lo que se pensaba
cuando decíamos “corre más que el auto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario