Muchas veces a lo
largo de estos años de analizar y opinar sobre el automovilismo deportivo, me
he planteado el sentido práctico de ello. ¿Sirve para algo, modifica de manera
alguna lo que se ve y eventualmente se critica?
Hace varias
carreras que observando la inmensa diferencia tecnológica entre los Red Bull y
el resto de los autos de la Fórmula Uno, le expresé en privado a Fernando
Tornello, que los RBR eran de otro planeta… y que dada la altísima calidad y
desempeño personal, Fernando Alonso era “de otra Galaxia”… cosa que luego
comentó al aire. Expresiones personales, preferencias… análisis y miradas de la
realidad de una categoría que he seguido desde niño.
En la misma semana
analizando las características públicas y conocidas de los desarrollos
aerodinámicos de Red Bull versus los de Ferrari, comprendí al ver ciertos
elementos, que RBR está muy por delante… por decirlo de manera simple utilizan
y resuelven con un campo más que sus competidores.
Con la idea del dominio abrumador en la
cabeza, y luego de los comentarios de Minardi, publiqué la nota anterior de
este Blog, absolutamente convencido de haber descubierto uno de los factores
que estaban permitiendo obtener una diferencia de rendimiento sideral por parte
de RBR, utilizando el sistema de carga del KERS para obtener un pseudo control
de tracción utilizando mucha picardía y lo que creo es una brecha en el
reglamento.
Me llamó la
atención que las lecturas de esa nota se disparasen a niveles nunca vistos,
llegando a Europa y generando diversos comentarios en las redes sociales.
Fuera de esto, lo
que de alguna manera comienza a “cerrar” en esta historia, es que luego de esta
nota, los RBR han vuelto a ser mas “terrestres”… más normales. Si bien con el
dominio que los caracteriza por el nivel de su ingeniería en estos años, ya no
con diferencias tan notables que los hacen parecer a veces de otra categoría.
¿Casualidad?
Quedará en mi
pensamiento que una vez desparramado el comentario y análisis sobre el “pseudo
control de tracción”, optaron por dejarlo atrás.
La máxima nos ha
dejado con los años historias de espionaje e intriga… teorías conspiratorias
que con el tiempo se confirmaron, y otras que quedaron en la sospecha. Creo que
ésta será una más. Si el resto de este año los RBR siguen estando a una
distancia menor de sus rivales, al menos para mí, la respuesta es clara.
Lo lindo de la
máxima: siempre hay algún creativo que saca un conejo de la galera, aprovecha
intersticios y obtiene réditos en base a tecnología.
Lo feo: cuando se
hace a espaldas de los demás.
Lo mejor: a la
larga se sabe… y volviendo al comienzo de la nota, para eso sirve analizar y
expresar.
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