domingo, 13 de octubre de 2013

RBR, Post GP de Japón y otra para Vettel.



Mi mirada previa al GP era que difícilmente lo dejasen a Webber llevarse la carrera. No importaba el primer lugar en la clasificación… el niño mimado es y será Vettel mientras lleve sus colores.

También anticipé mis previsiones respecto a la diferencia de rendimiento respecto a los demás: ya no sería tan sideral… de otro planeta o categoría. La razón, la confirmación en los hechos (baja de rendimiento relativo) de mis sospechas hechas públicas sobre el “pseudo control de tracción” comentado previamente. Ya no les hace falta, el campeonato está asegurado, y mantener el uso del “sistema” solo serviría para ser claramente identificado. Dejarlo en el pasado eliminaría sospechas. Estaba seguro de que a partir de estas carreras todo volvería a la “normalidad”: un auto ganador, excelente, pero “dentro” de la categoría. La relativa paridad en la clasificación y el escaso tiempo entre los diez primeros comenzó a confirmar mis presagios.

La carrera fue transitando dentro de lo previsto: la largada mostró una para nada eficiente “tracción” en ambos RBR, superados por el Lotus de Grosjean y sin posibilidades iniciales de recuperarse en un mano a mano.
Cuando lo llamaron anticipadamente a Webber para cambiar neumáticos y dejarle el camino despejado a Vettel para intentar alcanzar al Lotus, no pude más que pensar y tweetear que habían manipulado la estrategia para que el RBR nº 2 no fuese el ganador. Artimañas conocidas hay muchas, y las aprendimos a identificar en la “era Schummi”. Cada vez que su compañero de Ferrari podía andar mejor, un “oportuno” llamado a boxes cambiaba la estrategia y de alguna manera daba vuelta el potencial resultado. A autos iguales, unos segundos definen un resultado. Una cosa es perseguir un auto, otra pasarlo…  y que ambas cosas sucedan es ya más complicado. Finalmente sucedió lo que estaba planeado, y el niño mimado ganó una más… y van…

Mirando el lado positivo, estos RBR más “terrenos” permitirán que disfrutemos algo de lucha hasta el fin de temporada.

Varios párrafos aparte merecen algunos temas.

Para empezar, ver a Ferrari ser varias veces superado por el rendimiento de su “medio hermano” Sauber, es muy triste. Mismo motor, pobrísimo rendimiento comparado, solo los milagros de Alonso logran arrimar algunos discretos resultados. No es extraño pensar que el asturiano termine migrando a otra escudería luego de años de vacas flacas y con un plantel de ingenieros que no solo no avanza sino que retrocede en las últimas carreras. Perdieron el rumbo, parece que hasta las ganas, y salvo un milagro tecnológico, nada hace sospechar que la siguiente generación bajo un nuevo reglamento pueda ser demasiado diferente. Una lástima. El glorioso trío Todt – Brawn – Schummi, se fue para no volver, y con ellos la gloria, los éxitos en cadena, y la felicidad de los Tifossi (entre los que me incluyo). No comprendo cómo no han rodado cabezas importantes… las renuncias vergonzosas brillan por su ausencia, casi tanto como las victorias. Ferrari ha desaprovechado al mejor piloto del mundo, que hoy es un desperdicio de talento… un valeroso corazón atrapado por ahora en un auto que no está a su altura.

Lotus viene funcionando muy bien, y solo me llama la atención que el rendimiento se haya desplazado de Kimi a Grosjean. Raikonen es un excelentísimo piloto y campeón, y su versión 2013 es no solo mejor, sino (para mí) una de las principales atracciones de esta temporada.

Algunas cosas llamativas como el tapón de Ricciardo con su toro Rosso, solo se comprenden bajo la mirada de favorecer a sus hermanos mayores frenando un rato a seis de sus perseguidores. Tal vez innecesario, pero no es la primera vez que la segunda escuadra de la bebida energética hace su aporte a la campaña de los RBR.

Como corolario, el podio y las declaraciones de los ganadores estuvieron dentro de lo previsible. Solo de Webber esperaba “algo más”, que un suave comentario sobre la estrategia del caucho que no funcionó. Tal vez la resignación e impotencia lo han aplacado un poco. El ya casi “ex” compañero de Vettel, hace rato que ha sido disciplinado por el equipo. En clasificación cuenta con un medio eficaz, y creo que en carrera es levemente penalizado, lo suficiente como para que no podamos ver los “mano a mano” con su compañero que tantas veces pusieron nervioso al equipo ante la imposibilidad de que un inmaduro Vettel acepte insinuaciones u órdenes directas de no arriesgar innecesariamente con su compañero.

Nada nuevo bajo el sol, excepto el retorno de los RBR a la órbita de la tierra, lejos de otros planetas que los tenían como visitantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario