miércoles, 21 de septiembre de 2011

La importancia de ser inmaduro.

Los seres humanos comienzan a envejecer alrededor de los 21 años, momento en el que las capacidades motoras y desarrollo neuronal están en un punto óptimo. El fenómeno creciente de pilotos cada vez más jóvenes accediendo a los autos más rápidos es común en todo el mundo. La Fórmula uno no es la excepción.

Si bien la era del simulador y el consiguiente cambio del rompe-paga al entrenamiento estilo video-game han aportado lo suyo acortando plazos de aprendizaje, una particular característica diferencial de la mente de los adolescentes tiene un valor preponderante: la inmadurez.

Mientras para la ley solo se considera adultos y plenamente responsables de sus actos a los mayores de 21 años (algo menos para algunas particularidades), para la competencia automovilística no es así. La responsabilidad de la alta competencia está cada vez más en manos de jovencitos. Sin pretender hacer un juicio de valor sobre esta realidad, intento analizar las razones del fenómeno y sus consecuencias. Un adolescente tiene las mejores capacidades para hacer lo que quiere con su cuerpo… lo que hace sin medir las consecuencias puede ser el problema... o una virtud.

Mientras en Argentina se pide un endurecimiento de la tolerancia mostrada hasta ahora con los excesos de los jóvenes, algunas realidades y declaraciones de pilotos consagrados de la Fórmula Uno me parecen dignas de mención y análisis.

La cara contrapuesta: cuando reapareció Schumacher, adulto, centrado, absolutamente claro en sus objetivos con todo ganado y mucho para perder, se lo vio muy medido, mesurado y claramente por debajo de límites y errores. Su generalmente criticada postura sin excesos, fue develándose en declaraciones hace unos días cuando decía que “tal vez su actitud no era la más adecuada”. Estaba por ajustarla y demostrar que no dejó atrás sus capacidades.

Los errores del año pasado de Sebastián Vettel y su agresividad manifiesta hasta con su propio compañero le valieron fuertes críticas. Íntimamente creo que solo estar al mando del RBR le permitió conseguir la corona más allá de sus errores y aciertos. Tanto en 2010 como hoy el RBR es el auto a batir y capaz de coronar a cualquier piloto de punta que no cometa demasiados errores. En cuanto a la actitud, casi simultáneamente con las declaraciones de Schumacher, Vettel decía: “Muchas veces me digo a mi mismo, no, esto no se puede hacer”. La actitud de sobrepasar los límites al mando de un auto superlativo y que “perdona” excesos, puede ser parte de la explicación de su rendimiento. La búsqueda constante del límite sin importar a veces el costo, es parte de un enfoque que solo los años pueden cambiar.

Si algo faltaba para aclarar aún más el panorama desde el punto de vista de los pilotos, han sido las declaraciones de esta semana de Lewis Hamilton en una entrevista concedida a Reuters y de la que reproduzco seguidamente algunos pasajes.

"La clave para ser un piloto verdaderamente rápido en la Fórmula 1 es asumir riesgos en la pista y no tener apuro en formar una familia"

"Creo que ser un poco más arriesgado es lo que separa a los pilotos más veloces de los que no lo son demasiado". “David Coulthard me dijo que cuando tuvo un hijo 'no quería arriesgarse mucho porque quería asegurarse de que al día siguiente vería a su hijo'. Por eso se arriesgaba menos, tal vez sea natural"

"Hay comentarios de pilotos que dicen que soy demasiado agresivo, pero se trata de encontrar un buen equilibrio. No estoy aquí para arruinar la carrera de nadie, sólo intento ganarles y esta es la mejor manera de hacerlo"

Mi sensación: Pareciera por lo que se ve desde debajo de los autos más las declaraciones de los pilotos y las preferencias de los dueños de equipos, que pedir un estilo cuidadoso a los jóvenes es casi ir contra la naturaleza. También lo es pedirle a un experimentado adulto que no deje espacio para paliar excesos de jóvenes que de otra forma los sacarían de pista… y por ende ceden posiciones que cuestan valoración personal además de puntos.

El problema a mi parecer no resuelto es que se trata de un deporte con reglas escritas con claridad, pero interpretadas con criterios cambiantes según quien y a quienes se aplican. El criterio de “piloto espectacular” parece cubrir con un manto de permisividad a algunos, y bien sirve como ejemplo Hamilton.

Tal vez el mayor mérito “profesional” de ser inmaduro por edad, sea tomar actitudes extremas pero fríamente calculadas y sin tener en cuenta al otro o a quien espera –o no- en casa. Un arma de doble filo que parece haber llegado para quedarse.

Luis A. Buccino

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